28 de abril de 2011

El fútbol: juego de poder. Partido de Ida de la Champions.

Anoche decidí hacer de mi salón una celebración. Saqué patatas, aceitunas, coca-colas y cervezas. Pero no estaba el horno para bollos. Algo había en el ambiente... bueno, algo no había. Recuerdo que cuando la Selección jugaba este verano mi casa era como una olla en ebullición, nadie paraba quieto, sabíamos que algo iba a pasar. Esta vez el estómago no anticipaba nada... La naturaleza es sabia, digo yo. 

No quisiera yo hacer una crónica de fútbol, mayormente porque no tengo ni idea de nada y me parecería un enorme atrevimiento. El fútbol me gusta y lo disfruto mucho, pero de ahí a sentar cátedra hay una diferencia. Que todo se ve muy bien desde el sillón o desde el taburete del bar... Sin embargo no me quiero quedar sin dejar aquí mis impresiones. 


Fuera del ganar o perder, hubo cosas que me causaron una gran tristeza, cosas que hacen que no me sienta orgullosa, para nada, de las instituciones que se supone que han rodeado la vida de esas 22 personas antes de llegar al campo de juego, una de ellas la Enseñanza y la Educación, derecho fundamental recogido en el artículo 27 de la Constitución Española. Por su comportamiento de ayer me da la sensación de que esos pobres hombres no han tenido acceso a ella. Una pena. 




Que un jugador profesional salte el césped chinchando como los niños pequeños y se pegue y se insulte como si esto fuese un patio de colegio me parece, además de un pésimo ejemplo para los niños (millones de niños) que les admiran, el fracaso más absoluto del sistema educativo, de aquí y de cualquier parte del mundo, que es lo que tienen los equipos internacionales. 

No nos engañemos, la educación no se demuestra en el aula, en el examen de Selectividad o en las notas de corte de la carrera de Medicina; se demuestra en el día a día, en el comportamiento habitual. Por eso a mí me parece una triste pena que esas personas, que tienen tanto poder, pierdan todo eso porque resulta que estamos ante un partido de máxima rivalidad, cuatro palabras que parece que lo cambian todo. 

Yo esperaba ver fútbol y lo que vi fue una pena. Yo esperaba disfrutar y vi cómo peleas, insultos y piscinazos llenaban el campo de juego, el uno y el otro. Vi cómo gente adulta era expulsada del campo por su mal comportamiento y vi como dos de los mejores equipos del mundo ganaban/perdían un partido usando ambos el juego sucio

Señores jugadores, sepan que si las mayores empresas del mundo les contratan y les pagan sumas millonarias por anunciar y llevar sus productos, es porque tienen poder. Si las ONG les piden ayuda para torneos benéficos es porque tienen poder. Pero el poder no va solo, lleva de la mano a la responsabilidad, lo que quiere decir, simple y llanamente, que ustedes no pueden comportarse como bestias salvajes en medio de la jungla cuando se enfrentan al rival, por más que ese sea su máximo rival, por la sencilla razón de que una persona que tiene una cierta responsabilidad tiene que dar ejemplo. Va todo en el lote: los coches, las fiestas, los regalos, los patrocinios, el dinero, Shakira y la Carbonero, el poder y la responsabilidad. Si no lo quieren, hay mil profesiones que ustedes pueden desempeñar.  

Como no quiero que todo esto quede muy borde, aunque mi opinión lo sea y yo esté indignada con el comportamiento de ambos equipos (uno de ellos es el mío) he rellenado al entrada con imágenes de otros jugadores de fútbol. Me perece que los famosos están hasta en la sopa, y sin razón alguna, así que yo, hoy, les doy protagonismo a estos otros, que son muy distintos, porque son de los que juegan sonriendo y sin pegarse, siendo personas, aprendiendo, formándose y desarrollándose en integridad, como dice el art. 27.2 CE, que para eso es el deporte, para ser feliz

2 comentarios:

  1. Hola Gijón

    Una vez más me quito el sombrero, gran entrada esta tuya. Subscribo punto por punto cuanto dices, aunque el futbol y yo no simpatizamos desde hace muchos años, con todo el pesar de mi padre, que llegó a ser presidente del equipo de futbol de la zona allí en la España rural.

    Ya no sé si fue el desbordante poder económico y mediático que veía como eje de todo el que me hizo aparcar mi afición hasta entonces al Real Madrid. Tal vez fue el miedo a verme imbuído hasta perder el control, como tantas veces he podido ver en tanta gente a mi alrededor. El final de la copa de Europa y el partido que mencionas de hace pocos días me parecen buen ejemplo. El viejo refrán habla de pan y circo para el pueblo, y mira qué bien funciona: un partidazo y se nos olvidan todos los males, crisis incluída.

    Igualmente me parece triste que tantos críos se obsesionen desde que tienen uso de razón con formar parte algún día de esos grupos de jugadores que denominan élite, y que cobran por algo muy simbólico cantidades de dinero estrambóticas (¿cuánto debería ganar un cirujano o un bombero por salvar vidas en su trabajo?). Veo a esos crios y creo ver mano de obra al servicio de las canteras de esos equipos: si vales, bien; si otro vale más que tu, tus sueños y aspiraciones me dan risa: estás en la calle.

    Un abrazo y feliz feria del libro. No sé si por allí quedarán eventos relacionados con el tema. Aquí se llevarán a cabo esta semana. Te dejo el enlace por si quieres echarle un vistazo.

    http://www.feriadellibrojaen.com/


    Un abrazo enorme!

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  2. Corso: Gracias por el enlace a la Feria del Libro de Jaén. ¡Espero que la disfrutes mucho! Yo de pequeña no me perdía una... y ahora hace seis años que no puedo ir a la de Madrid porque me coincide con exámenes y entregas, pero mi alma la disfruta igual, o así lo siento yo. Por eso te deseo que lo pases fenomenal.

    Respecto a mi entrada... chico, yo soy de las pobres que se mueren por un buen partido, de los de botellín en la mano y coleta para poder dar saltos a gusto. Pero mi decepción fue tan grande el otro día, su comportamiento tan feo... que no voy a verles mañana, no te digo más.

    Por otra parte, el hecho de que los jugadores cobren millonadas es cosa nuestra. Nosotros somos los culpables. Me incluyo, porque yo también soy parte de la enorme industria que fabrica billetes para ellos. Yo también me paro delante del televisor cuando hay un buen partido, también quiero la camiseta de la Selección... y si yo quiero todo eso, imagina la gente que, con crisis y todo, pagó 1000€ por las entradas del miércoles pasado en la reventa. Todos hacemos que ellos ganen millonadas. Yo ya ni me lo planteo, tanto cero me nubla la vista, y la pregunta de los cirujanos para mí no tiene respuesta. Lo que sí me indigna es el comportamiento antideportivo y la falta de educación, porque eso tiene un remedio más sencillo. Debo ser muy rarita...

    ¡Un abrazo!

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