19 de abril de 2011

La música sin artificios

Soy una de esas personas que adora la música. Me gusta casi todo, y cada vez entran en mis listas más tipos de música distintos. Es una maravilla tener unos gustos tan variados porque me permiten saltar de un lado a otro de mis propias emociones con solo cambiar el CD. Clásica, pop, pop-rock, baladas ligeras, salsa... últimamente incluso dance. Lo nunca visto.

Dentro de mis amplios gustos, sin embargo, hay algo que me agrada especialmente: la gente que necesita muy poco para hacer música. Hay una persona en concreto que me tiene fascinada desde hace unos meses. Es de Málaga y tiene veinte años. Se dedica a cantar, a cantar y a cantar de verdad.


Se llama Pablo AlboránNo es de mi familia, no es mi primo, ni primo de mi primo. No es amigo mío, ni amigo mi hermana ni de mis amigos. No le conozco de nada ni de antes, ni me ha pagado para que escriba esto. Es que cuando las cosas son buenas y bonitas hay que hablar de ellas.

La primera vez que le escuché fue a través de la pared que separa mi habitación de la de mi hermana. Oía algo bonito y me asomé. Ella me dijo: "Me encanta esta canción". 

 

Para mí es la prueba de que se necesita muy poco para ser un artista. Muy poco o mucho, según se mire, que el talento no es poca cosa. Sin grandes escenarios, sin grandes luces, poco despliegue y menos vestuario, con  una sola arma para llegar al público (más que suficiente, por otra parte). Con una guitarra y poco más se planta este chico en escena para dejarnos a todos con la boca abierta.


Porque cuando hay voz, cuando hay talento, no hace falta bailar hasta quedar extenuado, ni maquillarse como una puerta, ni rodearse de coros y bailarines, ni hacer un show de tu concierto. Porque cuando hay voz, cuando hay talento, la sala se llena sola, porque hay un silencio absoluto, cada alma pendiente de la siguiente nota. Porque cuando hay voz, cuando hay talento, uno canta en directo lo que le echen, y se pone el mundo por montera. La gente cierra los ojos para apreciar mejor cada detalle, cada nota perfectamente afinada que cae en el lugar exacto. Porque cuando hay voz, cuando hay talento, el resto sobra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario