4 de mayo de 2011

Una de las grandes mentiras de la vida

Una de las grandes mentiras de la vida es la que nos cuentan nuestros padres, nuestros amigos mayores, la televisión y las series antes de entrar en ese mundo llamado universidad



Ves esto...


... y esto tan bonito,



... y estas fotos de gente estudiando...




... y estas bibliotecas tan alucinantes que parece que estudiar será divertido,


























































y te crees que así pasarás la semana, y que no será tan duro. 

Parece que la gente es feliz.


Estudian y trabajan en grupo, y no les pasa nada, no les entran ataques de pánico cuando uno de ellos no hace nada....



...ni cuando quedan tres horas para exponer el trabajo y no está hecho.

















A mi sí me dan ataques.

Así que no puedo tener este aspecto...

















..entre otras cosas porque si quisiera maquillarme y peinarme así  para ir a clase tendría que dormir una hora menos, y no está el horno para bollos.

Mi escritorio ya no es el bonito lugar que yo diseñé para estudiar, y se ha convertido en algo así como




aunque no me quejo, porque a veces adquiere un tono romántico más del tipo


















Además, con el tiempo vas descubriendo que algunos de tus compañeros adquieren habilidades especiales

Mientras tú necesitas silencio absoluto para que los diversos Reglamentos europeos entren en tu cerebro, ellos estudian en un...



Lástima que a mí el más cerca me pille a 30 minutos de metro. Si no ya veríamos.

Por eso me conformo con


mientras hacen uno que no me pille tan retirado. 




Las otras grandes mentiras son las de "la vida de estudiante es la vida mejor", la de "ahora, por fin, estudiarás lo que te gusta" y "ya verás como cuando empieces la universidad sales mucho más con tus amigos".

Pero si os las cuento todas en una misma entrada no me quedan temas para otros días. Así que como la quinta mentira, la de "el plan de Bolonia es mejor para ti y nos adaptará a Europa" yo la estoy sufriendo (pero a base de bien) en mis carnes, me voy a estudiar un estupendo parcial que tengo en dos días.

Ninguna de las fotografías de esta entrada es mía.

3 comentarios:

  1. No quiero que suene a derrota, pero en el fondo creo que la vida es en sí misma una mentira de principio a fin, compuesta por mentiras menores que van condicionando cada paso que damos y que nos aplicamos para autoconvencernos de lo correcta o no que resulta cada decision tomada. Pero siempre queda el consuelo de que si se juega según las reglas ganar es complicado pero siempre factible.

    Mentiría si dijera que para mí esta etapa donde no dependo de nadie y tengo un trabajo es maravillosa, igual que mentiría si afirmara que mi época de estudiante fue algo inolvidable, un anhelo perdido. Cada paso tiene sus aspectos positivos y sus desgracias, y creo que no cambiaría una por otra.

    Decirte que un día terminarás la carrera y la vida será un camino de rosas ni sería correcto ni me parece ético. Lo mejor que puedo hacer es decirte que luches y pongas todo tu empeño. Quien la sigue, la consigue. Si le pones ganas poco a poco logras ir amueblando tu mente y tu vida, haciendo que merezca la pena.

    En cuanto a la presión del estudio, a mi personalmente me cuesta mucho hacer algo que se aleje de lo que me gusta. Valga como ejemplo que llevo tres semanas haciendo unos cursos on-line sobre redes y programación. He de terminarlos antes del miercoles y mis momentos libres en los últimos días están rifados. Peleo por ellos como herramienta laboral y como parte de mi trabajo, pero pasarme las horas frente al ordenador estudiando eso me resulta muy duro porque apenas me atrae, más aún si me imagino en una tarde cálida en un banco del parque con un libro en las manos en lugar de estar haciendo algo que en el fondo me parece estéril y con fecha de caducidad -primera regla en el mundo de la informática: mucho de lo que aprendes hoy olvídalo mañaña-.

    Resumiendo, no trato sino darte un empujón de la única forma que se me ocurre, diciéndote que llevas mucho camino andado como para tirar la toalla ahora. Ánimo, que pronto habrá acabado todo.

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  2. Buenos días!

    Hubiera contestado al comentario que dejaste en Un reecuentro en el mismo artículo, pero como no sé si pasarás de nuevo por él prefiero dejártelo aquí. Comienzo agradeciendo tu valoración, me alegro de que te haya gustado, y por supuesto tienes permiso para enviárselo a esa amiga o para lo que quieras.

    Termino puntualizando una frase tuya, en la que hablas de poner en palabras lo que no puedes. Todo lo inspira algún tipo de sentimiento, desde la amistad o el amor hasta su opuesto, el odio, puede ser traducido en palabras. Basta arrastrar algunas lecturas y dejarse llevar por lo que el corazón y la cabeza te digan. En tu caso esas lecturas están ahí, complementándose constantemente además, y te manejas muy bien con las palabras. En tu caso solo es cuestión de tener tiempo, buscar el lugar adecuado -yo arrastro una libreta y escribo más en cualquier parte que frente al ordenador- y tener la paciencia necesaria para dejar que la inspiración venga a tí.

    Voy con mi domingo de estudio. Un abrazo.

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  3. ¡Muchas gracias por tus dos comentarios!
    Hace días que estoy relativizando y todo va mejor, así que nada, no hay más remedio que seguir con todo hasta que acabe.
    Mucho ánimo con tus estudios, espero que te sirvan de mucho en tu trabajo (o que no debas olvidarlos demasiado pronto). Yo sigo con los míos también.

    Un abrazo!

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