2 de diciembre de 2012

Para una feliz Navidad... ¿cómo decoro mi casa?


¡¡Primer domingo de Adviento!!

Por estas fechas empezamos a pensar en la decoración de nuestra casa. En mi familia todo comienza después del puente de la Inmaculada (¡en una semana!) así que es el momento perfecto para plantearnos qué queremos hacer.

La decoración, como todo lo demás, es una minúscula parte de lo que estas fiestas significan. Unas personas preferirán decorar menos que otras... Yo, personalmente, prefiero decorar por poco que sea, porque cualquiera de estas cosas nos ayuda a entrar en las fiestas y a sentirnos parte de lo que se celebra. Parece que es un tiempo efectivamente distinto del resto del año. Los niños disfrutan decorando el salón y también se viven buenos momentos en familia. Así que ¡manos a la obra!

Por lo general, cada familia tiene claro lo que hará: muy probablemente será lo mismo que el año pasado. Si eso funciona bien no hay razón para darle más vueltas. Pero si no nos gustó la vez pasada, o queremos cambiar algo, pensemos...

  • ¿Árbol de Navidad o Belén? ¿O quizá las dos cosas?
  • ¿Cuánto espacio tengo? Sobrecargar el salón, que suele ser el centro de la casa y será lugar de reunión de la familia si alguien nos visita, no es muy buena idea. Es mejor colocar aquello que nos quepa, que nos nos impida el paso... 
  • ¿Cuál es mi presupuesto? Yo también quiero la decoración navideña de la casa de Isabel Preysler (sí, lo confieso), pero para ello hay que tener todas las bolas del árbol haciendo juego con las guirnaldas, por no hablar de un abeto natural de unos cuantos metros de alto, y eso es algo que en mi casa NUNCA hemos tenido. Los belenes tampoco son fáciles de adquirir, comprarlos de golpe puede ser muy costoso... Por eso es mejor saber lo que podemos gastar y comprar en función de nuestro presupuesto. Podría ser que este año sólo comprásemos una lavandera o unos cuantos adornos para el árbol, pero puede ser una bonita tradición familiar añadir algo nuevo cada Navidad... 
  • ¿Qué tengo del año pasado? Guardar es la mejor forma de encontrar pasado el tiempo... y de no comprar nada innecesario. El espacio de las casas no es infinito, lo sé, pero teniendo en cuenta que guardamos de todo una caja más no será mucho problema. Doy por sentado que las cosas "gordas" como el árbol y el belén se guardan. Los espumillones, los angelitos, el resto de figurillas, algún accesorio temático (unas tazas, un paño, una manta...) también nos ayudan a decorar. 
  • ¿Tengo algo antiguo? Quizá no sea necesario comprar un belén entero si tengo el de los abuelos. En nuestra cultura más reciente hay un aprecio desmedido por lo nuevo, lo recién estrenado, pero el apego a lo que fue de nuestra familia también debe cultivarse. ¿Por qué no aprovechar un bonito belén que tenga un poco de historia? 
  • Si algo me gusta, ¿cómo puedo hacerlo más barato? Volviendo a la casa de la Preysler y a cualquier otra que se nos ocurra espiar en las revistas, y ya que todo nos gusta mucho, podemos abaratar su decoración para ajustar nuestro presupuesto. Los platos de enormes velas de colores pueden sustituirse por centros con velas de té, que son más baratas y encendidas también quedarán muy bonitas (hay muchas cosas que se pueden hacer con un poco de imaginación). Una luz de ambiente de bajo consumo da calidez a una habitación. Una mesa pude quedar deslumbrante con unos adornos, o unos servilleteros... por ejemplo. 

Creo, sin duda, que el quid de la cuestión es hacer lo máximo con lo que tengamos, o con lo que tengamos a mano. Y de todas formas, lo más importante es ser feliz con lo que se tiene y, sobre todo, pensar siempre que lo mejor de las fiestas que están por venir no son los objetos que nos rodean, sino las personas que tengamos al lado. 

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